Malmhaus, es una genial película ambientada en los años 70 del director Ragnar Bragason, cuenta la historia de una tragedia familiar que cambia la perspectiva de una joven que empieza su recorrido en la música metal como parte de su propia identidad, luchando con los prejuicios de la generación de sus padres y tratando de cumplir sus sueños ante toda la adversidad que se le presenta.
Toda la trama de la película ocurre en un lugar remoto de Islandia, donde pensamos inmediatamente que es un lugar donde los vikingos amantes del metal se asentaron miles de años atrás y que nunca pasaría algo de prejuicio o persecución de ideales. Sin embargo, nos da una idea clara que sin importar donde nazca un estilo de vida siempre habrá personas dispuestas a no permitir que crezca como algo normal entre sus allegados. Y siempre los prejuicios y los miedos de lo diferente son iguales sin importar sexo, raza y creencias religiosas.
La joven llamada Hera empieza a seguir los pasos de su hermano que ya era amante de la banda Black Sabbath, su pasión desbordante la hace cometer errores y lamentar sus decisiones, pero siempre trata de ser diferente en un lugar donde pareciera que es imposible construir su sueño y donde es mas fácil pensar en arrojar todo al viento. Después de que hace grandes pasos en construir algo significativo, cambiando y convirtiéndose en lo que se espera de ella, piensa reiteradamente en huir y escapar de lo que no la complace, por que aunque para la comunidad esto estuviera bien no era lo que ella amaba en primer lugar.
La historia de Malmhaus es simple y demuestra que algo que hace parte de tu identidad siempre pesará mas en tu corazón que cualquier otra cosa auto-impuesta, aunque hoy en día el metal es parte diaria de muchas comunidades y sociedades aún se muestra como algo malo que se debe erradicar. Ante todo esta propuesta fílmica nos recuerda el alto grado de prejuicio que se someten en algunos países las personas por ideas distintas y a opiniones contrariadas por la gran mayoría de la sociedad.
